A veces, las ideas más especiales llegan con el tiempo justo. Este fue el caso de una pareja que se casaba en Ezeiza y nos contactó con un desafío: crear un topper para su torta totalmente personalizado en menos de una semana.





El objetivo era claro: una pieza que los representara a la perfección. Comenzó entonces un proceso de co-creación a través de mensajes, donde cada detalle contaba. La novia nos proveyó fotos de referencia de ambos, de frente y de perfil, para asegurar la máxima precisión en los rasgos faciales.
Juntos definimos la pose, los peinados y los atuendos, que fueron un desafío en sí mismos. Se trabajó con referencias del vestido de la novia y se coordinó por separado con el novio para mantener su traje como una sorpresa hasta el gran día. Incluso se hicieron ajustes específicos en el modelo, como modificar un corte de pelo «post-despedida de soltero» para que luciera impecable.
A pesar de que el proceso de pintado ajustó los tiempos, la comunicación constante fue clave. Para asegurar que la pieza llegara a tiempo para la celebración, se coordinó una entrega en persona, demostrando que la flexibilidad es parte de nuestro servicio.
El resultado final fue un topper de torta que no solo cumplió con las expectativas, sino que se convirtió en un recuerdo tangible y emotivo de su día especial. La historia de este proyecto demuestra que, con buena comunicación y creatividad, cualquier idea puede materializarse, sin importar cuán ajustado sea el calendario.
¿Tú también tienes una idea para hacer tu celebración inolvidable?