Los regalos de boda más memorables son los que nacen del corazón. Este es el caso de Silvia, quien nos contactó para crear una sorpresa muy especial para la boda de su hijo Marcos y su novia Carla: un topper de torta que los inmortalizara en su gran día.
Este proyecto fue una colaboración única y llena de complicidad. Trabajando en secreto para no arruinar la sorpresa, Silvia se convirtió en la directora de arte del proyecto. Decidió llevar la personalización un paso más allá, solicitando las figuras impresas en un tono base para encargarse ella misma de pintarlas , incluyendo los tatuajes de la pareja. El regalo no solo sería una réplica, sino una verdadera obra de arte familiar.
El proceso fue un ida y vuelta constante de detalles para asegurar la perfección. Definimos la vestimenta basándonos en sus indicaciones: un vestido blanco corto para ella y una camisa arremangada para él. Cada revisión del modelo 3D sirvió para ajustar detalles minuciosos, desde el ancho del cuello de la figura hasta el largo de la camisa, para que todo fuera tal como Silvia lo había imaginado.
El resultado fue una pieza llena de significado, entregada a tiempo para que Silvia pudiera aplicar su toque final. En la boda, el topper no solo coronó la torta, sino que representó el amor y la dedicación de una madre. Como nos comentó ella después, aunque la torta no quedó como esperaba, ¡las figuras fueron un éxito total entre los invitados!